Refranes – Letra L

La arruga es bella.

La ausencia causa olvido.

La avaricia rompe el saco.

La cabra siempre tira al monte.

La cara es el espejo del alma.

La caridad bien entendida empieza por uno mismo.

La casa se arruina por la cocina.

La cerveza bien helada y la sopa bien caliente.

La comida de hoy, empuja a la de ayer.

La costumbre hace ley.

La culebra se mata por la cabeza.

La curiosidad mató al gato.

La despedida está más larga que la visita.

La ensalada, poco vinagre y bien aceitada.

La esperanza es lo último que se pierde.

La excepción confirma la regla.

La experiencia es la madre de la ciencia.

La fe mueve montañas.

La gallina de mi vecina más huevos pone que la mía.

La gallina que primero cacarea, es la que puso el huevo.

La hermosura poco dura.

La ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento.

La intención es lo que cuenta.

La juventud tiene la fuerza y la vejez la prudencia.

La lengua no tiene hueso, pero corta lo más grueso.

La letra con sangre entra.

La ley del embudo, para mí lo ancho y para ti lo agudo.

La manzana podrida pierde a su compañía.

La mejor palabra siempre es la que queda por decir.

La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo.

La mujer y el oro, lo pueden todo.

La mujer y el vino sacan al hombre de tino.

La mula es mula, y cuando no patea, recula.

La música amansa las fieras.

La ociosidad es la madre de todos los vicios.

La palabra es plata y el silencio es oro.

La palabra que sale de la boca, nunca torna.

La peor gallina es la que más cacarea.

La perseverancia todo lo alcanza.

La primavera la sangre altera.

La procesión va por dentro.

La puerca más flaca es la primera que rompe el chiquero.

La realidad supera la ficción.

La respuesta mansa la ira quebranta.

La sangre no llegó al río.

La sencillez es la credencial de los inteligentes.

La suegra y el doctor, cuanto más lejos, mejor.

La suerte de la fea, la bonita la desea.

La suerte es de los audaces.

La suerte está echada.

La unión hace la fuerza.

La venganza es un plato que se sirve frío.

La vida es corta y no retoña.

La vida no es un camino de rosas.

La viuda rica hace que llora y repica.

La zorra no se ve la cola.

Las apariencias engañan.

Las armas de fuego, cuanto más lejos, mejor.

Las comparaciones son odiosas.

Las cosas de palacio van despacio.

Las cuentas claras y el chocolate espeso.

Las desgracias nunca vienen solas.

Las madres hacendosas hacen las hijas perezosas.

Las malas noticias vuelan.

Las palabras vuelan, y lo escrito permanece.

Las paredes oyen.

Las pistolas se manejan con los dedos y se disparan con los huevos.

Le cayó la locha.

Le salió el tiro por la culata.

Le tocó bailar con la más fea.

Libro prestado, libro perdido.

Limpia el campo antes de echar nuevo grano.

Lo barato sale caro.

Lo bien hecho, bien parece.

Lo bueno poco dura.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Lo cogieron con las manos en la masa.

Lo comido por lo servido.

Lo comido y lo gozado, es lo único aprovechado.

Lo cortés no quita lo valiente.

Lo fiado, rara vez pagado.

Lo ofrecido es como lo podrido, nadie lo quiere.

Lo olvidado, ni agradecido ni pagado.

Lo prestado es hermano de lo regalado.

Lo prometido es deuda.

Lo que a unos mata, a otros sana.

Lo que al tiempo se deja, al tiempo se queda.

Lo que bien empieza, bien acaba.

Lo que de noche se hace, a la mañana parece.

Lo que en los libros no está, la vida te lo enseñará.

Lo que en tu casa no encuentras, sal a la calle a buscarlo.

Lo que es igual no es trampa.

Lo que es moda no incomoda.

Lo que hagas sin esfuerzo y con presteza, no puede durar ni tener belleza.

Lo que más se odia, en la casa se tiene.

Lo que más trabajo cuesta, más dulce se muestra.

Lo que mortifica, ni se recuerda ni se platica.

Lo que mucho vale, mucho cuesta.

Lo que no fue en tu año, no es tu daño.

Lo que no has de comer, déjalo cocer.

Lo que no mata, engorda.

Lo que no se comienza, nunca se acaba.

Lo que no se llevan los ladrones, aparece por los rincones.

Lo que no va en lágrimas va en suspiros.

Lo que otro suda, a mí poco me dura.

Lo que poco cuesta, poco se aprecia.

Lo que se aprende en la cuna, siempre dura.

Lo que se gana duramente, se come con satisfacción.

Lo que se sabe sentir, se sabe decir.

Lo que se vaya a cocer, que se vaya pelando.

Lo que se ve, no se pregunta.

Lo que sea sonará.

Lo que viene, conviene.

Loro viejo no aprende a hablar.

Los amigos de mis amigos son mis amigos.

Los años no pasan en balde.

Los árboles no dejan ver el bosque.

Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad.

Los celos son malos consejeros.

Los dichos de los viejitos son evangelios chiquitos.

Los duelos con pan, son menos.

Los hijos y los maridos, por sus obras son queridos.

Los huéspedes mucho gusto dan, pero cuando se van.

Los malos tragos hay que pasarlos pronto.

Los mirones son de palo.

Los toros se ven mejor desde la barrera.

Los trapos sucios se lavan en casa.

Los últimos serán los primeros.