Refrán:
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Significado:
Proverbio popular que hace alusión a aquellas personas tercas y tozudas que no quieren conocer la verdad, se creen su propia versión, y rechazan incluso escuchar a quien les advierte de su error. Resulta imposible convencer a quien no quiere ser convencido. También se usa: No hay peor sordo que el que no quiere oír.
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