Refranes bonitos

Este dicho corresponde con una advertencia sobre no inmiscuirse en asuntos ajenos, y mantenernos al margen. No involucrarse en temas que no nos conciernen.

Se trata de explicar que a pesar de no existir virtudes aparentes en una persona, alguna razón debe existir para que hablen bien de ella.

Se utiliza para decir que algo sucede justo en el momento más provechoso. También se da cuando hay una coincidencia muy exacta. Se puede utilizar el refrán “caer como pedrada en ojo de boticario”.

Este dicho asemeja el acto de comer con el daño que causa el remordimiento en nuestra mente. El remordimiento es un sentimiento que se tiene cuando no se ha actuado correctamente ante una situación y nos reconcome por dentro.

Este refrán significa que no tenemos que reírnos de las personas de avanzada edad, porque dentro de unos años tendremos la misma edad y apariencia que ellos.

Significa cuidar algo con mucho cuidado, como si de tus ojos se tratara.

Se utiliza para indicar que dos personas no se llevan bien la una con la otra. La metáfora de los dos líquidos que no se mezclan simboliza los diferentes caracteres de dos personas, que tienen poco en común y que se mantienen distanciados.

Este dicho nos indica que los productos de buena calidad se venden solos. Que no necesitan ser expuestos, ni vocear a gritos ni anunciarse. Al mismo tiempo muestra desconfianza hacia aquellas mercancías que se publicitan y se pregonan en exceso.

Este dicho tradicional expresa la sabiduría popular que gira en torno al tiempo climático, advirtiendo que el frío y la nieve no terminan al comienzo de la primavera, sino que conviene esperar a que pase el mes de abril.

Este dicho hace alusión a que no podemos escapar de nuestro destino. Que aquello a lo que no estamos predestinados, no llegará, por mucho que nos esforcemos en conseguirlo. Dicho contrario a : El que nace para tamal, del cielo le caen las hojas.

Se trata de un dicho popular que utilizaban los antiguos comerciantes para explicar que aquel tipo de género que no era expuesto al público, raramente resultaba vendido. También podemos ver coletillas que responden con la frase: Y el que enseña demasiado se le mosquea.

Dicho popular tradicional que nos habla sobre la importancia de conocer personas influyentes que nos ayuden. Se utiliza coloquialmente para criticar el trato de favor a que algunas personas obtienen gracias a sus contactos i influencias. Se atribuye su autoría a Pilar García Blanco, en cuyos escritos mostraba : “El que tiene padrino, se bautiza, y el que no, se queda moro “

Máxima popular que alude a los malos entendidos. Hace referencia a situaciones en las que otra persona cree haber escuchado palabras que nunca dijimos, y a partir de ahí, justifica sus argumentos o sus actos.

Aforismo hoy ya casi en desuso, que hace alusión a las virtudes que tiene cada etapa de la vida. Si la juventud aporta vigor y facultades físicas que se pierden con el tiempo, la vejez nos recompensa con más sabiduría y cautela.

Expresión popular que hace referencia a la discreción. Expresa la importancia que tiene saber callar a tiempo. Si hablar es importante, callar aún lo es más.

Máxima proverbial de uso común que alude a la calidad. Significa que el trabajo bien hecho sobre algo, además de serlo, se nota en su uso cotidiano y en su apariencia física.

Proverbio popular muy utilizado hoy en día que habla sobre la cortesía. Expresa la importancia de los buenos modales y la buena educación, como muestra de hombría. Antiguamente, los hijos varones que no acudían a la guerra, trabajaban como siervos de la nobleza, mostrando buenas maneras, amabilidad y buen trato, sin no ser por ello menos hombres.

Dicho popular de origen mexicano que hace referencia al pasado de nuestras parejas. Aconseja no preocuparse por temas que no nos atañen ni tienen ninguna relación con nosotros, porque forman parte del pasado de nuestra pareja.

Dicho popular muy utilizado hoy en día que hace referencia a que el esfuerzo que se dedica en un sentido, obtiene un beneficio por otro, en la misma proporción, quedando igualado.

Expresión en desuso que se utiliza para explicar lo incómodo que resulta tener visitas en casa, y el placer que se siente cuando se marchan. Obviamente, por educación, esta frase solo se pronuncia cuando ya se han ido.